Todas las barbas son diferentes. Cada barbudo afronta el cuidado de la barba de distinta manera. Las barbas rizadas tienden a ser un poco más «rebeldes» y requieren una rutina específica. Si quieres que siempre esté perfecta, limpia, lustrosa y feliz te recomendamos que sigas estos sencillos consejos para su mantenimiento diario.

1. Tu barba, siempre limpia

Como es lógico esto se aplica a todas las barbas, no solamente a las barbas rizadas. A nadie le gusta una barba guarrindonga. Dependiendo de tu tipo de piel la frecuencia con la que te la debes lavar variará un poco. Lavar la barba en exceso elimina los aceites naturales que genera tu piel y que protegen el pelo, así que no conviene pasarse. En condiciones normales, lavarla tres veces a la semana es suficiente.

Con agua templada masajea muy suavemente tu barba y permite que penetre a fondo en tu barba, desde la raíz hasta las puntas, limpiando también la piel de debajo de la barba. Esto puedes hacerlo todos los días. Cuando te toque lavar tu barba usa un jabón para la barba específico, con ingredientes naturales y sin compuestos químicos agresivos.

Igualmente aplica el jabón de forma delicada con movimientos circulares y permitiendo que llegue a todos los rincones. Deja que actúe durante un par de minutos en la piel y en el pelo de la barba y aclara bien con abundante agua igualmente templada. Este paso es importante, porque no deben quedar restos de jabón que irriten tu piel. Seca tu barba con una toalla, sin frotar demasiado fuerte ni dar tirones bruscos. Ten en cuenta que el pelo húmedo es más frágil que el seco.

2. Puedes usar secador, si quieres. Pero con cuidado

Normalmente, con la toalla habrás eliminado el 90% de la humedad de tu cara y de tu barba. Si quieres asegurarte de que está totalmente seca puedes usar un secador. Si lo haces, ten en cuenta que la temperatura y la potencia no puede ser demasiado alta, para no resecar o quemar el pelo de tu barba. Aplica el calor de manera uniforme y sin acercar demasiado el secador a tu cara. Con una distancia de unos 15 ó 20 centímetros debería ser suficiente. Para eliminar todos los restos de humedad y comenzar a darle un estilo apropiado a tu barba puedes ayudar en el secado utilizando un peine para la barba o un cepillo para alisar la barba.

3. Acondicionador para la barba, un buen complemento

Con la barba limpia y seca quizás quieras utilizar un acondicionador para la barba. Este tipo de productos para la barba ayudan a hidratar y aportan brillo a tu barba. Además, la dejan suave y mucho más manejable. Tanto para peinarla como para afrontar un día normal. Si tu barba se encrespa con facilidad, está especialmente dañada o con las puntas abiertas, el acondicionador para la barba se puede convertir en tu mejor amigo.

Aplica una la cantidad necesaria del acondicionador para la barba en la palma de tu mano, repártela un poco con la otra mano y extiéndela sobre tu barba de manera suave y uniforme. Utiliza las puntas de los dedos, para que llegue a la raíz del cabello y presta atención para alcanzar todos los rincones. Deja que actúe unos quince o veinte minutos y usa un cepillo para la barba o un peine para la barba. Esto se hace solo para terminar de repartir el producto y darle forma a tu barba, no te pases con el cepillado o eliminarás el acondicionador que te acabas de poner.

4. Aceite para la barba y bálsamo para la barba. Imprescindibles

Aunque el acondicionador para la barba es un producto opcional y que puedes utilizar ocasionalmente, el aceite para la barba y el bálsamo para la barba tienen que ser tus compañeros de viaje sí o sí. No pueden faltar, si quieres que tu piel esté hidratada y el pelo de tu barba sea fuerte, suave y brillante. Puedes usar solo uno, alternar la aplicación de uno y otro a lo largo de la semana o usarlos juntos. Es cuestión de preferencia personal.

El aceite para la barba se destina especialmente a la piel de tu cara, la raíz del pelo y los folículos pilosos. Aplícalo con la barba limpia y seca. Dependerá de la longitud y del momento de crecimiento de la barba en el que te encuentres, pero con poca cantidad es suficiente, ya que se trata de un producto concentrado.

Pon unas pocas gotas en la palma de tu mano y extiéndelo bien — como el Sr. Miyagi en Karate Kid — frotando las manos durante algunos segundos. El roce elevará la temperatura y facilitará la aplicación. Extiéndelo con delicadeza por toda tu cara, asegurándote de llegar a la raíz de tu pelo con la punta de los dedos y extendiéndolo por todas las superficies. Finaliza con un suave peinado o cepillado.

El mismo proceso se utiliza con el bálsamo para la barba, aunque el «momento Karate Kid» durará más. Al ser una pasta que debe volverse casi líquida, tendrás que frotar entre las manos más tiempo antes de aplicarlo. Si el aceite para la barba se centra en la piel, el bálsamo lo hace en el pelo de la barba. Lo hidrata y, además, le da un poco de fijación. Es ideal si tienes una cita, hay que estar especialmente presentable en la calle o si tu barba ya es bastante larga y se «sale de madre» fácilmente.

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