Una barba cuidada y sana es una barba feliz. Recuerda lo que siempre te decimos: para tener una barba perfecta es importante utilizar los productos perfectos. Al menos, los que sean perfectos para ti. Pero ¡cuidado! También es importante prestar mucha atención a los accesorios que utilizas para cuidar tu barba. ¿No lo habías pensado? Pues agárrate los bigotes, porque hoy te hablamos de uno de tus peores enemigos: el peine de plástico.
Pero ¿de verdad es tan importante un peine para la barba?
Desde luego. Piensa un momento en el peinado que llevas ahora mismo. ¿Podrías hacerlo sin un peine o un cepillo? ¡Pues pasa igual con tu barba! Da igual si tienes una barba corta o si llega más abajo de tu nuez. Necesitas un peine para desenredar el pelo de tu barba, para distribuir de manera uniforme los productos que le apliques y para arreglar tu barba con el estilo que más te favorezca.
¿No nos crees? Prueba a dormir dos noches seguidas sin peinarte, ni arreglarte la barba en absoluto a la mañana siguiente. La gente saldrá huyendo despavorida al verte. Vale que un look natural y desenfadado está genial, pero no es lo mismo eso que tener el aspecto de un troglodita, recién salido de la cueva. Tener un peine para la barba de calidad siempre a mano es garantía de una barba con muy buen aspecto.
El plástico no puede ser tan malo ¿no?
Como es lógico, no va a irrumpir en tu casa la policía de las barbas, para ponerte unas esposas si usas un peine de plástico. Los peines de plástico son fáciles de conseguir y muy baratos. Los encuentras en casi cualquier sitio: una farmacia, un chino, un supermercado o incluso una peluquería profesional.
Pero grábate esto a fuego: Los pelos de la barba, por su mayor grosor, son especialmente susceptibles de dañarse si usas peines de plástico y mal acabados. Aunque se trate de uno con las púas relativamente separadas, el peine de plástico es mucho más agresivo con tu piel, con los folículos pilosos y con cada pelo de tu barba, tenga la longitud que tenga. Si de paso aplicas los mismos principios para elegir un peine para la cabeza, lo notarás en tu cabello también.
Te explicamos por qué pasa esto
Normalmente los peines de plástico, como todos los productos hechos de este material, se fabrican utilizando moldes. Se inyecta a presión el compuesto plástico en el molde mientras todavía es un líquido, se deja enfriar y ¡voilá! Ya tenemos un peine nuevo. Este proceso de fabricación permite que se puedan sacar de la cadena de montaje miles de peines por minuto. Por eso resultan tan baratos.
Pero los moldes tienen sus desventajas. Aunque no las percibas a simple vista, los peines que salen de esos moldes tienen pequeñas aristas, cada una de las púas tiene unas terminaciones con bastante más filo del que podría parecer. Y eso al pelo, sobre todo al de tu barba no le gusta nada de nada. Ni tampoco a tu cara. Si te peinas la barba a diario — y deberías hacerlo — terminará sufriendo mucho, los pelos se partirán o se caerán y todos tus esfuerzos por cuidar tu barba serán en vano.
¿Qué es lo que te recomendamos que uses?
Siempre que puedas, utiliza peines fabricados en materiales naturales como la madera, o con bases naturales como la celulosa. Y, sobre todo, que estén hechos o pulidos a mano. Cuando un peine se fabrica de manera artesanal el proceso de pulido es mucho más cuidadoso y cada una de las púas de tu peine tendrá una terminación redondeada y suave.
Esto te permitirá peinar tu barba y distribuir el aceite o el bálsamo sin dañar tu piel, ni el pelo de tu barba. Es más, el peine cumplirá exactamente la función para la que está diseñado, sin debilitar tu vello facial, ni volverlo quebradizo o frágil. Si quieres seguir un consejo, el Kent OT es pequeño, lo puedes llevar en el bolsillo a cualquier lado, es ergonómico, está fabricado en acetato de celulosa — flexible y duradero — y es válido para pelo de todos los grosores. Por supuesto, está pulido a mano y cuidará tu barba como nadie.
Si en lugar de un peine para barba eres de los que usa un cepillo para barba, el principio de «siempre natural» también se aplica en este caso. Concretamente te recomendamos las cerdas naturales, por encima del plástico. Tratarán a tu barba con mimo y podrás lograr el estilo de peinado que estás buscando mucho más rápido, sin que el pelo de tu barba sufra lo más mínimo. Al contrario, tendrá hidratación, brillo y salud. En este caso te recomendamos el cepillo BRD2 de Kent, con materiales especialmente seleccionados y también fabricados a mano. Echa un vistazo a la ingeniosa forma de sus cerdas:
De nuevo, el plástico no es venenoso pero, si te decides a dar el paso e invertir un poco más… no sólo notarás la diferencia desde el primer instante, sino que no querrás volver atrás, porque tu barba y tu cara lo notarán. Y nos lo agradecerás.
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